Cartelera de Mensajes

Objetivos

  • Hacer una cartelera para conocernos e interactuar entre todos por medio de mensajes positivos.
  • Tomar conciencia de los valores y cualidades que los demás ven en nosotros.
  • Valorar los aspectos positivos de los demás y aprender a expresarlos.

Materiales

  • Placa de madera.
  • Cola para pegar.
  • Trincheta.
  • Corchos de botellas de vino.
  • Cartelitos con los nombres o fotos de todos los integrantes del grupo.
  • Marcadores y papeles de colores para dejar mensajes.
  • Papeles para realizar los sobres.

Apertura

Comenzamos nuestro taller saludándonos con alegría y haciendo juntos un “Momento de Encuentro” que nos disponga a participar de la actividad. Nos sentamos con la espalda derecha, hacemos respiraciones completas y profundas, y siguiendo algunas consignas sencillas, nos relajamos y nos disponemos para jugar.

Desarrollo

Nos sentamos haciendo una ronda en torno a los materiales necesarios para este juego. Nos disponemos a hacer entre todos una cartelera sobre el pedazo de madera, siguiendo las siguientes instrucciones:

  • Buscamos los corchos y los cortamos en pequeñas rodajas.
  • Pegamos los círculos de corcho sobre la madera, cubriéndola totalmente, así como se indica en la ilustración 1.
  • Le ponemos unos ganchitos por detrás, de manera que podamos colgarla en alguna pared del salón en el que nos reunimos.
  • Pegamos en la cartelera una foto o un cartel con el nombre de cada uno de los participantes del taller de juegos.

  • Cada uno hace su propio sobre de papel, partiendo del recorte de un corazón y plegándolo, así como se indica en la ilustración 2.
  • Decoramos y pintamos los sobres, personalizando el de cada uno.
  • Debajo de la foto o cartel de cada uno, colocamos el sobre de papel.

 

Contemplamos entre todos la cartelera que hicimos y les explicamos de forma simple y sencilla la manera en la que vamos a utilizarla a lo largo de todo el taller de juegos.

Esta cartelera puede permanecer todos los días de juego a disposición de los participantes. Los moderadores también podrán dejar comentarios y mensajes en los sobres de cada uno.

Cierre

Entre todos acordamos algunas reglas para la utilización de la cartelera:
– No colocar mensajes negativos o palabras ofensivas.
– Revisar todos los días el propio sobre para “recibir” los mensajes de los demás.
– Escribir y dejar mensajes al resto de los compañeros.

 

Recibir y compartir mensajes positivos y desde el amor es siempre muy alentador y constructivo y nos ayuda a crecer contentos. Los sobres de nuestra cartelera serán el lugar para acobijar todos esos comentarios de los amigos y compañeros.
Todas las veces que vengamos a jugar, podremos dejar en los sobres de los compañeros algún mensaje positivo, que lo alegre y motive para seguir creciendo y jugando. Pueden ser valoraciones por algún aporte que realizaron en el grupo durante la actividad, cualidades o aspectos positivos que quieran resaltarles, agradecimiento por alguna actitud que tuvieron hacia nosotros, etc.

 


Es importante que los moderadores estén atentos para que todos los participantes cuenten con mensajes en la cartelera. En caso que los participantes aun no hayan adquirido la lecto-escritura, reemplazamos los mensajes escritos por dibujos.

A tener en cuenta al momento de la confección de la cartelera:
Al comenzar el ciclo del taller es muy importante que todos los niños conozcan sus nombres y los recuerden. Esto sin duda favorecerá las integración, y la constitución del grupo. Ayuda a crecer en el sentido de pertenencia y fomenta un intercambio responsable y respetuoso.
Enseña a DAR y RECIBIR. Promueve una valoración del otro y la expresión positiva de sus cualidades y talentos; ayuda a crecer en la propia autoestima al recibir con alegría la valoración y el cariño de los demás.

La rayuela

Objetivo:

  • Jugar a la rayuela con consignas de autoconocimiento que nos ayuden a compartir aspectos positivos de nuestra forma de ser.

Materiales:

  • Tizas.
  • Piedras planas.

Apertura:

Nos reunimos en nuestro lugar de juegos y antes de empezar con el desarrollo dedicamos diez minutos para un “Momento de Encuentro”. Podemos sentarnos en algún lugar que elegimos con los ojos cerrados y hacer varias respiraciones, intentando relajarnos y aflojar las tensiones, de manera que podamos participar en el juego de forma más activa y disfrutándolo.

Desarrollo:

Dibujamos en el suelo, con una tiza, el diagrama para jugar a la rayuela, compuesto por recuadros con números del 1 al 10.  Podemos hacer los recuadros de distintos tamaños y usar diferentes colores.
Cada participantes, por turno, debe situase detrás del primer número que indica la salida, y tirar la piedra para que caiga en alguno de los casilleros. El cuadrado en el que caiga la piedra se denomina «casa».
Cada casillero tendrá una consigna determinada que debemos responder al momento de recoger la piedra en la casa (ésta consigna responde a la búsqueda de uno mismo, de las propias características, personalidades, fortalezas, etc.).
La rayuela se recorre saltando en un pie sobre cada uno de los casilleros simples, o con los dos pies si se trata de casilleros dobles, hasta llegar a la “casa”, en donde podemos descansar, mientras contestamos la pregunta correspondiente a ese casillero.
Si respondemos satisfactoriamente, debemos pasar la piedra de casillero en casillero hasta llegar al número 10 y volver a la casilla de salida.

El participante que pierde el equilibrio o tira la piedra fuera de la rayuela, pierde, y pasa el turno al siguiente. Si queremos aumentar la dificultad del juego, podemos añadir más casilleros.

Sugerencias de consignas para cada uno de los números o recuadros:

Nº1: Palabras que me describan.
Nº2: Fortalezas personales.
Nº3: Rasgos que me gustan de mi cuerpo.
Nº4: Características positivas de mi personalidad.
Nº5: Situaciones que me hacen reír.
Nº6: Situaciones en las que necesito ayuda.
Nº7: Adjetivos positivos que me describan.
Nº8: Personas que me ayudan a destacarme.
Nº9: Situaciones que me gustarían repetir.
Nº10: Valores que reconozco en mí mismo.

Cierre:

El juego termina cuando nos cansamos de jugar. Gana el que más veces haya recorrido la rayuela de ida y vuelta.
Al terminar, podemos repartir una copia de las consignas de cada casillero para que las llevemos a nuestras casas y podamos jugar a esta modalidad de rayuela con nuestros amigos y compañeros.

Este juego, de forma creativa y entretenida, nos ayuda a hacer introspección, a mirarnos a nosotros mismos y a conocernos, mientras ejercitamos la coordinación motora y el equilibrio. La competencia y el ritmo del juego, no dejan mucho tiempo para pensar, y hacen que aparezcan de manera más espontánea aspectos importantes de nuestra vida cotidiana que desconocemos.

Bingo de semejanzas

Objetivo:

  • Jugar al Bingo con características personales, poniéndolas en común en el grupo.
  • Desarrollar la autoestima y la empatía reconociendo los gustos y características propias y la de los demás.

Materiales:

  • Cartones divididos en cuatro partes iguales.
  • Marcadores o lápices.

Apertura:

Antes de empezar a jugar, nos disponemos haciendo un “Momento de Encuentro”

Desarrollo:

Nos sentamos en ronda y repartimos a cada uno una tarjeta dividida en cuatro partes iguales, así como lo indica el dibujo.

Los invitamos a llenar las tarjetas, escribiendo en cada casillero lo que corresponda.

¡Ahora a jugar!

El juego comienza con la señal del moderador que invita a los participantes a mezclarse y desplazarse por el salón, buscando algún compañero que haya escrito lo mismo en alguno de los casilleros.
Cuando se encuentran los que escribieron lo mismo, ambos deberán firma la tarjeta del otro en el casillero de la coincidencia.
El juego termina cuando alguno de los participantes consigue firmar todos sus casilleros y grita: ¡bingo!

Cierre:

El ganador, en medio de la ronda, tiene que responder las preguntas que el resto le haga sobre lo que escribió en su tarjeta:
-¿Qué cosas te gusta pintar con tu color preferido?
-¿En qué momento de la semana practicás tu actividad preferida?
-¿Qué cosas hacés con tu cualidad positiva?
-¿Qué podés hacer para mejorar tu cualidad negativa?

Este juego estimula la autoestima y promueve de manera divertida, el auto conocimiento y el conocimiento de los demás.
Desarrolla la empatía y la capacidad de hablar de uno mismo escuchando a los demás.

Palitos traviesos

Objetivos:

  • Jugar a los Palitos Traviesos y ejercitar reglas de convivencia y valores sociales.
  • Desarrollar la autoestima y el autoconocimiento.
  • Reflexionar acerca de las situaciones que nos ayudan a crecer e identificar aquellas que nos hacen sentir mal con nosotros mismos y con los demás.

Materiales:

  • Un juego de “Palitos traviesos” por grupo de a cuatro niños. Cada juego tiene un mínimo de veinte palitos.
  • Los “Palitos traviesos” se pueden hacer con varillas de aproximadamente 20 centímetros de largo y de un grosor de aproximadamente 5 milímetros de diámetro o con los palitos de brochette. Tiene que estar pintados con temperas de diferentes colores o identificados con un papelito color. (También podemos jugar con lápices de colores que tengamos a mano).

Apertura:

Nos saludamos y damos la bienvenida. Antes de jugar, nos tomamos diez minutos para el “Momento de Encuentro”. Respiramos, nos relajamos, aflojando las tensiones, y nos aquietamos, disponiéndonos para jugar.

Desarrollo:

Nos ponemos en pequeños grupos para jugar, de a tres o cuatro participantes cada uno.
Le entregamos a cada grupo un juego de palitos traviesos.
El juego se inicia cuando un jugador toma el manojo de palitos en sus manos permitiendo que las puntas toquen la superficie, dura, horizontal, lisa y plana donde se va a desarrollar la partida.
Soltamos los palitos para que caigan al azar.
Una vez que estén todos sobre la mesa, por turnos uno a uno, vamos sacando un palito sin mover ninguno de los otros. Cada uno tiene un intento para hacerlo.
Sólo se permite el movimiento del palito que va a ser recogido; si otro u otros de los palitos son movidos, intencionalmente o no, por algún otro palito, o por la mano del jugador, su turno acaba y comienza a jugar el siguiente participante.
Los palitos son de seis colores, y a cada color le corresponde una consigna. Cada vez que el jugador retire exitosamente un palito, deberá responder a la pregunta o consigna correspondiente al color:

-Mencionar alguna vez que me equivoque en algún comportamiento y pude pedir disculpas.
-Decir situaciones en las cuales debemos pedir disculpas.

-¿Recordás alguna vez en la que algún compañero/amigo te molestó o vos molestaste a un amigo por algún motivo en particular? ¿Cómo fue?

-¿Qué valores humanos conoces? (¡No vale repetir los valores que ya han dicho otros jugadores!)

-Le pregunto a otro compañero qué es lo que más le molesta que los demás le hagan o le digan.
-Pienso qué es lo que más me molesta que me hagan o me digan.

-Cuándo tengo un problema, ¿a quién recurro? Enunciar una persona a la cual puedo recurrir cuando tengo un problema o algo me molesta.

-Enunciar una norma de convivencia para que todos vivamos en armonía.

 

Cierre:

Gana el juego aquel jugador que haya logrado recoger más palitos traviesos.
Finalizado el juego pensamos sobre los valores que día a día ponemos en juego y que hacemos para vivirlos más intensamente.

En este jugo promovemos una reflexión sobre valores y principios universales que facilitan la convivencia social. Estos valores universales, merecen ser defendidos con firmeza en toda situación, incluso aunque encontremos oposición para hacerlo. Para un sano crecimiento en la autoestima es necesario incorporar e internalizar la regla de “no hacer a los demás lo que no nos gusta que nos hagan a nosotros”.

La canasta de las buenas acciones

Objetivos:

  • Jugar a ensartar tapitas de gaseosas en una canasta, ejercitando el orden, el respeto por los turnos y las reglas del juego.
  • Fomentar el autoconocimiento y el conocimiento de los demás a partir de sus acciones.

Materiales:

  • Una canasta o recipiente grande.
  • Tapas de gaseosas.

Apertura:

Nos saludamos con alegría y respeto, dando la bienvenida a cada uno de los participantes al taller. Nos disponemos para el juego realizando un “Momento de Encuentro” en el que cada uno pueda relajarse, recogerse y prepararse para la participación en el grupo, por medio de técnicas y ejercicios especiales.

Desarrollo:

Nos sentamos en ronda y ponemos en el medio una canasta vacía, y sobre una mesa, un manojo de tapitas.
Por orden, cada uno de los participantes se levanta y va a buscar una tapita de la canasta.
Volvemos a nuestros lugares y una vez sentados, por turnos, lanzamos nuestra tapita en la canasta.
El que logra insertar la tapia dentro de la canasta, debe mencionar alguna buena acción que haya realizado en los últimos días.
El que no logra embocarla, se pone de pie, va a buscarla y se vuelve a sentar en su lugar con la tapita, para volver a intentarlo cuando le llegue su turno.

Cierre:

Gana el niño que haya logrado embocar más tapitas dentro de la canasta y el que haya podido poner en palabras las buenas acciones que realizó últimamente.
Si al finalizar el juego, algún compañero no puedo embocar la tapita lo motivamos a que igual cuente buenas acciones que puede llevar a cabo en la presente semana.

Este juego desarrolla la autoestima, resaltando las acciones positivas y ejercitando el valor del respeto, el orden, la paciencia y la sana competencia.

¿Quién es el visitante?

Objetivos:

  • Descubrir al “visitante”, por medio del timbre de la voz y sus cualidades personales.
  • Identificar a cada uno por el nombre dentro del grupo, y valorar la presencia de todos en el taller de juegos.

Materiales:

  • Bufandas, pañuelos, tiras de retazos de tela, buzos que traigan los niños para taparse los ojos.

Apertura:

Antes de jugar hacemos nuestro “Momento de Encuentro” para relajarnos, distendernos y disponernos a la participación activa en el juego.

Desarrollo:

Nos dispersamos en el espacio del juego, y nos tapamos los ojos, con las cintas, bufandas o pañuelos.
El moderador, sigilosamente hace salir del espacio a uno de los participantes, que desde afuera llama o toca a la puerta.
Todos los demás preguntamos desde adentro: “¿Quién es?”.
El niño responderá: “Soy yo, el visitante”.
Por el timbre de la voz intentamos reconocer al visitante y decir su nombre.
Si no logramos reconocerlo en la primera vuelta, podemos hacerle una pregunta acerca de sus características físicas; que el visitante deberá responder por “si” o por “no”, sin faltar a la verdad.

¿Sos alto? ¿Te gustan los caramelos? ¿Sos gracioso? ¿Sabes correr rápido?

 


Cuidamos especialmente que las preguntas no tiendan a una identificación negativa de los niños o a rótulos demasiado pesados.
Cuando descubrimos el nombre del visitante, nos tapamos todos nuevamente los ojos, y el moderador vuelve a sacar a alguien del juego para que ocupe el papel del visitante.

Cierre:

El juego termina cuando todos los participantes hayamos ocupado el rol de “visitante”.
Reflexionamos sobre el rol de la importancia de estar atentos a la presencia de los demás y sobre el valor de cada uno dentro del grupo.

Este juego estimula la senso percepción promoviendo la sociabilización entre los miembros del grupo. Ejercita la atención y el reconocimiento de los demás por medio de características que nos definen. Promueve el autoconocimiento, mediante preguntas sencillas que nos ayudan a pensar en nosotros mismos y en nuestras características y cualidades.

¿Quién falta?

Objetivos:

  • Reconocer e identificar el valor de la presencia de cada participante del grupo.
  • Aprender a llamarnos por el nombre.

Materiales:

  • Música

Apertura:

Nos disponemos para jugar haciendo un “Momento de Encuentro”: ejercicios de relajación, respiraciones profundas y movimientos que nos ayuden a prepararnos para jugar e interactuar en grupo.

Desarrollo:

Nos sentamos en ronda y nos miramos a los ojos.
Por orden, cada uno dice en voz alta su nombre y todos lo repetimos a coro.

¡A jugar!

Cuando empieza la música todos nos ponemos de pie para cantar, bailar, caminar o realizar cualquier tipo de movimiento por todo el espacio de juego.
El moderador, disimuladamente, saca a uno de los participantes del salón o lugar de juego.
Apagamos la música y volvemos a sentarnos en ronda, en el lugar en el que estamos en ese momento.

Nos miramos unos a otros, intentando identificar quién es el que falta y diciendo su nombre. El participante que descubra quién falta deberá contar a los demás cómo se dio cuenta y especificar algún aspecto o característica positiva del participante ausente.
Hacemos entre todos un gran aplauso, invitando a entrar en la ronda al participante que estaba afuera, y volvemos a empezar el juego.

¿Quién salió del juego? ¿Quién falta en nuestra ronda?

Cierre:

El juego termina cuando todos los participantes hayan sido elegidos para salir afuera.
Reflexionamos sobre la importancia de nuestro nombre. Nos animamos y les preguntamos a nuestros familiares el por qué de nuestro nombre y se lo contamos a nuestros compañeros. Dialogamos sobre cómo nos gusta que nos llamen.

Este es un juego que resalta la dinámica socializadora de lo lúdico, motivando la expresión espontánea dentro del grupo. Nos ayuda a agudizar la observación del entorno y a descubrir el valor de la presencia de cada uno en el grupo. Facilita el aprendizaje de los nombres de cada participante y destaca la importancia del nombre en el reconocimiento de la propia identidad. Nos inicia en el descubrimiento de las características y habilidades personales y fortalece la autoestima y la capacidad de autoconocimiento.