El amigo invisible

Objetivos:

  • Jugar al amigo invisible y fortalecer los vínculos de amistad.
  • Ejercitar en la empatía, en la capacidad de decir cosas constructivas y hacer elogios.
  • Aprender a recibir elogios, y a mirarnos a nosotros mismos a través de la mirada de los demás.

Materiales:

  • Papel y lápiz.
  • Un sobre por cada participante

Apertura:

Nos saludamos y nos damos mutuamente la bienvenida en el grupo. Cada uno ocupa su lugar en el espacio de juego y comenzamos nuestra actividad disponiéndonos con un “Momento de Encuentro”.

Desarrollo:

Escribimos en los sobre, el nombre de cada uno de los participantes del juego para jugar al amigo invisible.
Ponemos los sobres en una canasta o bolsa, y cada uno va sacando un sobre con el nombre de uno de los compañeros, sin que nadie vea cuál es.

El amigo invisible, deberá escribir una carta al dueño del sobre, contándole cosas lindas, destacando las cualidades que descubre en su amigo invisible, alentándolo a fortificar su autoestima y a crecer en confianza en sí mismo.

Antes de empezar a escribir la carta, recalcamos la importancia de escribir con letra clara y pensando en el amigo invisible: ¿qué es lo más valioso que descubro en él? ¿Qué necesita que le digan? ¿En qué lo puedo alentar para seguir creciendo?

Al terminar las cartas, las ponemos en el sobre y las volvemos a dejar en la canasta o la bolsa.
Nos sentamos en ronda, y el moderador va repartiendo a cada participante el sobre con su nombre. Cada uno se lleva su carta al rincón que elija y la lee en silencio.

Cierre:

Compartimos qué es lo que más nos gusta de la carta que recibimos, qué es lo que más nos ayuda y alienta a mejorar y crecer. También podemos compartir los sentimientos vividos al leerla y arriesgar si acertamos a decir quién es nuestro amigo invisible.

Muchas veces, las demás personas descubren en nosotros cosas que ni sabemos de nosotros mismos. La mirada del otro nos ayuda a conocernos y a valorarnos, y su opinión nos alienta y nos da confianza.

 

Terminamos haciéndonos esta pregunta: ¿Qué piensa de mí mi amigo invisible? ¿Su opinión coincide con la mía?

Este juego nos ayuda a crecer en la amistad y a descubrir lo importante que es escuchar lo que los amigos piensan sobre nosotros mismos. A su vez nos estimula en la capacidad de reconocer las cualidades en los demás y nos ejercita en la capacidad expresarlas.

Bingo de semejanzas

Objetivo:

  • Jugar al Bingo con características personales, poniéndolas en común en el grupo.
  • Desarrollar la autoestima y la empatía reconociendo los gustos y características propias y la de los demás.

Materiales:

  • Cartones divididos en cuatro partes iguales.
  • Marcadores o lápices.

Apertura:

Antes de empezar a jugar, nos disponemos haciendo un “Momento de Encuentro”

Desarrollo:

Nos sentamos en ronda y repartimos a cada uno una tarjeta dividida en cuatro partes iguales, así como lo indica el dibujo.

Los invitamos a llenar las tarjetas, escribiendo en cada casillero lo que corresponda.

¡Ahora a jugar!

El juego comienza con la señal del moderador que invita a los participantes a mezclarse y desplazarse por el salón, buscando algún compañero que haya escrito lo mismo en alguno de los casilleros.
Cuando se encuentran los que escribieron lo mismo, ambos deberán firma la tarjeta del otro en el casillero de la coincidencia.
El juego termina cuando alguno de los participantes consigue firmar todos sus casilleros y grita: ¡bingo!

Cierre:

El ganador, en medio de la ronda, tiene que responder las preguntas que el resto le haga sobre lo que escribió en su tarjeta:
-¿Qué cosas te gusta pintar con tu color preferido?
-¿En qué momento de la semana practicás tu actividad preferida?
-¿Qué cosas hacés con tu cualidad positiva?
-¿Qué podés hacer para mejorar tu cualidad negativa?

Este juego estimula la autoestima y promueve de manera divertida, el auto conocimiento y el conocimiento de los demás.
Desarrolla la empatía y la capacidad de hablar de uno mismo escuchando a los demás.

Vuelan los valores

Objetivos:

  • Hacer aviones de papel para jugar en el grupo, expresando los aspectos positivos de los demás.
  • Tomar conciencia de nuestros propios valores y de las cualidades que los demás descubren en nosotros.

Materiales:

  • Hojas blancas o de colores.
  • Marcadores o lápices.

Apertura:

Nos saludamos con alegría y respeto. Ocupamos nuestro lugar en el espacio de juego y antes de comenzar a jugar, nos disponemos haciendo un “Momento de Encuentro”: respiramos, nos relajamos, cerramos los ojos y centramos la atención en nosotros mismos. Nos aquietamos y recogemos para empezar a jugar.

Desarrollo:

Entregamos una hoja de papel a cada uno de los participantes y les pedimos que confeccionen un avión de papel siguiendo las instrucciones de la explicación gráfica.
Si hay niños que no lo saben hacer, les pedimos a otros compañeros que les enseñen.
Cada uno debe escribir su nombre en su avión.

Una vez que todos tenemos el avión terminado, formamos una ronda y los tiramos a volar hacia el centro. Cada uno debe agarrar en el aire algún avión o recogerlo del piso. Al tomarlo leemos el nombre del dueño del avión y escribimos en el papel de ese avión, algún aspecto positivo o alguna cualidad que valoren en su dueño.
Repetimos el procedimiento varias veces, de manera que todos podamos anotar cualidades en el avión de los demás.

Cierre:

Al finalizar el juego, cada uno toma su avión y nos damos unos minutos para leer lo que escribieron nuestros compañeros de juego.

¡Todos tenemos cualidades! Y qué lindo es que los demás las puedan identificar y reconocer. ¡Qué bien nos hace que nos digan cosas lindas y valiosas!

 

Nos preguntamos:
-¿Cómo me sentí al tener que pensar cualidades positivas de los demás? ¿Fue fácil o me costó pensarlas?
-Que es más fácil: ¿pensar en cualidades de los demás o pensar en cualidades propias? ¿Por qué?
-¿Cómo me sentí al leer lo que los otros escribieron en mi avión?

Terminamos el juego tirando todos juntos el avión al aire y diciendo la frase: “dejemos volar todas nuestras cualidades. Nos llevarán muy alto”.

En este juego trabajamos en la imagen que vamos construyendo de nosotros mismos, a partir de lo que nos dicen los demás. Aprendemos a reconocer, distinguir y expresar las cualidades positivas de los otros; y también aprendemos a escuchar y aceptar lo que los demás tienen para decirnos respecto a nuestra propia identidad y a nuestras cualidades.

El poder de las palabras

Objetivos:

  • Identificar las palabras que nos ayudan a crecer, diferenciándolas de otras que hieren o dañan nuestra autoestima.
  • Ejercitar la manera de expresarnos sin herir con las palabras a los demás.

Materiales:

  • Cartulina o pizarrón.
  • Tizas o marcadores.

Apertura:

Nos saludamos con alegría, resaltando la importancia de todos en el grupo. Antes de empezar a jugar, hacemos un “Momento de Encuentro” en el que podamos relajarnos, aflojar las tensiones y disponernos para el intercambio grupal.

Desarrollo:

Cuando nos enojamos con alguien o queremos regañarlo por algo que nos molestó, podemos hacerlo usando palabras constructivas, que ayuden a mejorar, o palabras que lastiman o hieren. Las palabras mal usadas o las que se dicen en un tono inadecuado pueden hacer mucho daño. Es importante tratar bien a las personas y aprender a decir las cosas de buena manera.

 

Cada uno piensa en alguna situación en la que alguien le haya dicho palabras hirientes.
En una cartulina o pizarrón hacemos una línea que la divida en dos partes iguales. En la parte derecha escribimos las frases que van diciendo mientras que brevemente describen la situación y cómo se sintieron cuando les hablaron de mala manera o con palabras hirientes. Del lado izquierdo pensamos alternativas de cómo se podría decir lo mismo pero sin herir a los demás.
Cuando esté la cartulina o la pizarra completa, tomamos las situaciones descriptas y actuamos la frase que nos hubiera hecho sentir mejor, usando palabras que alientan, que construyen y que hacen sentir bien.

Cierre:

Cada uno elige una palabra positiva para decirle a su compañero de al lado. Todos nos vamos del taller con el “regalo” de una palabra que nos hace sentir bien.

En este juego reflexionamos sobre el impacto de las palabras y la importancia de aprender a hablar sin herir ni lastimar a los demás. Jugando, nos ayudamos a entender que podemos tener razón, pero que si aprendemos a usar las palabras razonablemente, seremos más escuchados y aceptados.

Mi estrella es única

Objetivos:

  • Hacer una estrella que represente los propios gustos y preferencias.
  • Respetar y valorar las elecciones de los demás.

Materiales:

  • Una estrella de papel o cartón para cada niño.
  • Marcadores o lápices.

Apertura:

Nos saludamos, nos reconocemos como parte de un mismo grupo, y ocupamos nuestro lugar en el taller de juegos. Nos disponemos para la actividad haciendo un “Momento de Encuentro” en el que cada uno pueda encontrarse consigo mismo, por medio de técnicas de relajación y respiración, que nos ayuden a calmarnos, relajarnos y prepararnos para jugar juntos de manera activa y positiva.

Desarrollo:

Entregamos a cada participante una estrella de cartón o cartulina que debe pintar con sus colores preferidos.
Una vez que estén coloreadas, cada uno escribe en su estrella su nombre y las tres cosas que más le gusta hacer.
Cuando todos hayamos terminado, mezclamos las estrellas y cada uno saca una al azar sin que los demás puedan ver cuál es.
Por turnos, cada participante va leyendo las tres preferencias escritas en la estrella que le tocó al azar, y todos deben adivinar quién es el dueño de esa estrella.
Después de un rato, el dueño de la estrella, deberá ponerse de pie y decir: “Esa estrella es mía”, mientras la busca y se la cuelga del cuello como si fuera una medalla.
Todos aplaudimos a la estrella y a su dueño, alegrándonos por sus preferencias.

Cierre:

Con las estrellas colgadas, reflexionamos sobre el valor de la identidad y la importancia de reconocer lo que nos gusta.
Pensamos: ¿Qué nos proponemos hacer esta semana que nos guste y haga bien?

Esta actividad refuerza el sentimiento de identidad y da una valoración positiva a las preferencias y gustos de cada uno. La escucha atenta, la lectura respetuosa y el aliento por medio del aplauso promueven la confianza grupal creando un espacio donde los prejuicios no están habilitados.