El volcán de mis emociones

Objetivos:

  • Hacer juntos la maqueta de un volcán y representar una erupción por medio de un experimento.
  • Identificar las erupciones de los sentimientos de enojo, frustración y rabia y encontrar maneras positivas de expresarlos.

Materiales:

  • Arcilla, masa o plastilina
  • Un tubo de ensayo o cualquier recipiente parecido.
  • Bicarbonato de sodio
  • Vinagre
  • Detergente líquido.
  • Colorante para comida de color rojo (opcional)

Apertura:

Nos disponemos para participar de la actividad, con un “Momento de Encuentro” en el que cada uno pueda entrar en contacto consigo mismo y su mundo interior. Hacemos ejercicios de relajación por medio de la respiración y movimientos que nos ayuden a aflojar las tensiones del cuerpo.

Desarrollo:

Nos sentamos en ronda y miramos fotos o dibujos de volcanes.

Un volcán es una formación geológica con forma de colina o montaña constituida por el material del manto forzado por las aberturas o ventilaciones de corteza de la Tierra. En la cima o la parte más alta del volcán se encuentra un cráter o caldera por donde se expulsan los materiales en erupción: magma, lava, cenizas y gases volcánicos.
Las erupciones tienen un carácter violento y destructivo de diferentes magnitudes pero siempre sumamente sorprendente.
Los volcanes se clasifican de tres maneras de acuerdo a la frecuencia con la que hacen erupción: los volcanes activos (entran en erupción continuamente), volcanes dormidos (no tiene erupciones desde más de 2000 años) y los volcanes extintos (son aquellos que fueron activos pero nunca más van a entrar en erupción).

Entre todos, con la arcilla, masa o plastilina, hacemos la maqueta de un volcán.
-Amasamos y modelamos la figura de un volcán.
-Colocamos el tubo de ensayo en el interior del volcán introduciéndolo desde la parte superior hacia abajo, de manera que simule una chimenea o el conducto del volcán.

Cuando tenemos la maqueta terminada, simulamos una erupción, añadiendo al tubo dos cucharadas de bicarbonato de sodio, una cucharada de detergente líquido, colorante… ¡y finalmente agregamos 30 o 40 ml de vinagre!

Compartimos la experiencia de la erupción que simulamos y pensamos en situaciones de nuestra vida cotidiana que sean parecidas o análogas a un volcán en erupción.

-¿Qué cosas nos hacen explotar?
-¿Cómo ventilamos nuestras emociones cuando nos enojamos, nos frustramos o nos sentimos angustiados?
-¿Con qué tipo de volcán nos identificamos cuando algo nos da mucha bronca?
-¿Cuáles son las consecuencias de nuestras erupciones o ataques de bronca?

Cierre:

Pensamos otras maneras de ventilar nuestras emociones, que no sean tan destructivas o violentas como las erupciones. Hacemos una lista con las opciones propuestas entre todos, y cada uno elige la que quiere poner en práctica, como una opción diferente, la próxima vez que se enoje o quiera manifestar sus emociones.

Este experimento lúdico nos ayuda a reflexionar sobre la manera que reaccionamos cuando nos enojamos o cuando algo nos da mucha bronca. A su vez nos permite evaluar las consecuencias de nuestras erupciones, y encontrar una manera alternativa de expresar los sentimientos sin violencia.

Dado de emociones

Objetivo:

  • Jugar a los dados de las emociones, aprendiendo a reconocerlas y nombrarlas.
  • Aprender a expresar los sentimientos de una manera adecuada.

Materiales:

  • Realizar dos dados gigantes: uno con las expresiones oculares y el otro con las expresiones bucales que expresan sentimientos.

Apertura:

Nos disponemos para el juego y la actividad, dedicando diez minutos para el “Momento de Encuentro”. Nos relajamos, cerramos los ojos, respiramos varias veces. En cada respiración pensamos: ¿Cómo me siento en este momento? ¿Cómo me sentí a lo largo del día? ¿Cuáles son las cosas más lindas que viví hoy?

Desarrollo:

Los sentimientos y las emociones son movimientos interiores que se registran en nuestra afectividad y nuestro cuerpo, producidas por situaciones que nos pasan a lo largo del día. Algunas son momentáneas y duran un tiempo corto. Otras son más estables y nos acompañan por más tiempo. Es importante aprender a identificar nuestras emociones, a reconocerlas y nombrarlas… y también a expresarlas de manera correcta.

Enumeramos todas las emociones que experimentamos durante el día, definiendo especialmente las siguientes:

¡Vamos a jugar a los dados!

Nos sentamos en ronda poniendo los dados en el centro. Por turnos, vamos tirando los dados e intentando identificar y nombrar los dos sentimientos que salen a la suerte. Después de nombrarlos, compartimos alguna situación de nuestra vida cotidiana en la que experimentamos ese sentimiento o emoción.
Todos los demás escuchamos con atención valorando y respetando lo que dice el compañero que está jugando y comprendiendo que no todos sentimos la misma emoción ante la misma situación.

Cierre:


Es importante aclarar que las emociones y sentimientos no son malos o buenos en sí mismos. Son sólo movimientos internos. Los sentimientos y emociones no nos definen como personas, ni tiene por qué ser el motor de nuestra conducta: puedo estar muy enojado, pero no necesito pegar a nadie; puedo sentir envidia o inseguridad pero puedo elegir no discriminar ni burlar ni hacer sentir mal a los demás.
Cuando aprendemos a reconocer y nombrar lo que sentimos, nos hacemos más dueños de elegir qué es lo que queremos hacer.

Cada uno elige un sentimiento, el que quiera, y dice cuál es la manera en la que quiere expresarlo o actuarlo. Por ejemplo: la alegría, abrazando a las personas; el miedo, pidiendo ayuda; el enojo, hablando de lo que nos hace enojar; etc.

Este juego nos invita a reflexionar sobre nuestras emociones, ayudando a reconocerlas, identificarlas, y llamarlas por su nombre. Nos ayuda a crecer emocionalmente y a fortalecer nuestro desarrollo moral, enseñándonos a pensar y elegir qué es lo que queremos hacer con nuestras emociones.